NOTAS, HECHOS Y APUNTES PARA LA HISTORIA

En la tranquila vida de Puente Alto un día de diciembre de 1928, la calma se vio, un voraz incendio consumía la Barraca de Maderas de propiedad del señor Fernando López, ubicada en la calle Concha y Toro, propiedad en que años más tarde funcionó la Escuela Superior de Hombres. El vecindario como es presumible entró en ese natural alboroto que ocasionan esas noticias que se informan de boca en boca. En esos años no existía ningún medio de alarma, a excepción como es natural de las campanas de la Iglesia que en esa ocasión las hizo tañar como nunca, el recordado sacerdote don JACINTO NUÑEZ BARBOZA, quién con autoridad y criterio ordenara las primeras medidas de extinción, sin lograr el menor resultado, por falta de los elementos más indispensables.

Bien podría decirse que desde este incendio salió la chispa que vendría a concebir más tarde la idea de formar una Compañía de Bomberos Voluntarios. Fue así como por citaciones insistentes que se hacía por medio del Periódico “EL HERALDO” que dirigía el Profesor Primario y Periodista Don Eulogio Velásquez Téllez; con fecha 22 de diciembre de 1928, se realizaba la primera reunión y que debió ser ciertamente la constitución de la “Primera Compañía”.

¿Quién, podría dudar que una empresa tan bien respaldada, no iba a obtener un éxito? Lamentablemente y a pesar de la solvencia tanto moral como económica de sus auspiciadores, esta iniciativa no llegó a feliz término. Este hecho nos viene a demostrar una vez más, que en todas las épocas ha existido, tal vez un poco de egoísmo o esa natural apatía, con que muchas veces se tratan de interponer a estas empresas tan de Quijotes como la nuestra.

FORMACIÓN FORMAL Y ACTIVIDADES DE LA PRIMERA DÉCADA

Después de ese primer intento, debió transcurrir un largo año para que llegara ese 2 de Agosto de 1929, en que esa misma juventud, reforzada por nuevos elementos, se llegara a formar y esta vez ya en forma definitiva, lo que hasta hoy se denomina y con cierto orgullo: “PRIMERA COMPANIA DE BOMBEROS”.

En este nuevo y definitivo intento, se hicieron presente los siguientes vecinos:

Francisco Peña, Belarmino Meza S., Luis Vásquez C., Edmundo Agullo, Alfonso Brignaldello, Baldomeró Sepúlveda, Rosalino Acevedo S,, Moisés Hernando, Enrique Cofré T., Héctor Salamanca A., Abraham Aranda, Juan Castillo Z., Luis Castillo Z., Francisco Fuentes H., Ángel Pimentel G., Carlos Abuhadba, Alamiro Rubio P., Armando González, Ignacio Concha, Joaquín Saud, Hernán Clavero R., Senén Núñez G., Carlos Mancilla, Ricardo Pérez, Arturo Bosch, Jorge Schoeders, Tomás Mackenzie, Luis Soto, Manuel Donoso, Luis Arias 0., Luis Clavero R., Carlos Campillo C.

Como el propósito de esta reseña tiene por objeto, que, Uds. se formen una idea lo más, amplia posible sobre el transcurso institucional de la Primera Compañía, debo informales que en esa Sección Constitutiva se designó la siguiente Oficialidad.

Director      : Don Belarmino Meza S.

Capitán      : Don Francisco Peña

Teniente 1º : Don Luis Vásquez C.

Teniente 2º : Don Carlos Abuhadba.

Sargento    : Don Edmundo Agullo

Cabo          : Don Luis Clavero R.

Secretario  : Don Enrique Cofré T.

Tesorero    : Don Rosalino Acevedo S.

En esa misma oportunidad designo una Comisión para que redactara los Reglamentos y Estatutos, la que quedó compuesta por los Señores Francisco Peña, Luis Vásquez C., Luis Clavero R., y Enrique Cofré T., quienes se comprometieron a presentar su trabajo, dentro de la mayor brevedad que les fuera posible. (Acotación del Acta respectiva). Sobre si esta Comisión, cumplió su cometido dentro de la brevedad que se le señalada, no encontré el menor antecedente, pero creo que sí.

Por esta modesta descripción, que viene en corroborar el éxito de esta nueva empresa, no nos será difícil de deducir la satisfacción de estos nuevos bomberos y porque no decirlo de todo un Pueblo, que veía con este hecho la fructificación de un antiguo como señalado anhelo. No sé si podría asegurar que, en este éxito, influyó el hecho, de que el cargo de Director recayera en el severo Teniente de Carabineros, quién con su uniforme y su condición de roce Policial, infundiera el respeto que se merecía tanto este cargo, como así mismo esta nueva Institución que estaba llamada a subsistir bajo cualquier medio.

Como es de presumir, los primeros años fueron duros, uno de los propósitos primordiales que se vieron abocados estos bomberos en ciernes, fue el de obtener los medios económicos necesarios, con que adquirir los elementos más indispensables para iniciar su labor, que hasta esa fecha se realizaba en forma por demás rudimentarias. Se contaba con una docena de baldes, algunos trozos de cordel y lo que tenían en mayor abundancia, era el agua, ya que la Sociedad de Canalistas del Maipo – en forma por demás magnánima – había todos los canales de la zona a su disposición.

Así transcurrió el primer año, de esta nueva era Bomberil, entre carreras a la chilena, bailes populares, funciones teatrales que se realizaban o en el Teatro “EDEN – CONDOR” o en una improvisada sala de espectáculo que existía en el Molino, que también años antes había sido desbastado por el fuego. Tampoco se desconocían por aquella época, las tradicionales pichangas que se efectuaban en el hogar de los propios “primerinos”.

Una de las primeras labores a que se abocó el Sr. Matte – con la entusiasta colaboración de la Oficialidad – fue la de contabilizar los dieces, las chauchas y los pesos obtenidos, en los beneficios realizados a la fecha, para considerar así la posibilidad de adquirir un Carro, con que hacer frente a los incendios, que como existían bomberos, estaban recrudeciendo.

En la fundación del CUERPO, merecen que se les mencione por su participación por demás honrosa, al primer Superintendente don RAFAEL BASCUÑAN PINTO (1ª Cía.); el primer Comandante don LUIS VASQUEZ CASTILLO (1ª Cía.); los señores Directores de 1ª y 2ª Cías. Don CARLOS SOTOMAYOR ORREGO y don JULIO BUSTAMANTE PINTO, el primer Secretario General don ANGEL CARRASCO MUÑOZ y el primer Tesorero General don HUMBERTO PIZARRO RODRÍGUEZ (ambos de la 2ª Cía.), de quienes no se podía desconocer tan feliz iniciativa, como así mismo su dedicación y entusiasmo por así mismo su dedicación y entusiasmo por propender el engrandecimiento de esta nueva Institución que a ha sabido mantener su condición de organismo rector de las actividades bomberiles.

El año 1939, don CARLOS SOTOMAYOR debió presentar su renuncia al cargo Director de la Compañía en razón a que la superioridad de la “Caja Nacional de Ahorros” dispuso su traslado a la lejana ciudad de Osorno, plaza de mayor importancia y más de acuerdo con la jerarquía ya lograda por este prestigioso como eficiente personero.

Extracto de publicación del Director Honorario  Manuel Toledo G.